¿Sabías qué...?

Las clases de Hypatia eran tan llamativas que venían personas de otras ciudades a instruirse con ella.

Ella admitía a todo el mundo, sus discípulos eran el ejemplo de la palabra diversidad, y a ella no le molestaba. Era común atraer a varias personas fuera de los límites de la ciudad solo para poder tener una clase con ella sobre filosofía y ciencia.
Los textos de sus alumnos revelan que gran parte de las clases se derivaban en debates los cuales ella misma iniciaba. 

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